domingo, 18 de diciembre de 2011

Amnesia provocada



Foto de Todd Winters
Se despierta en una habitación de hotel. No logra recordar dónde se encuentra. No hay nada en la decoración que le rodea que le ayude a situarse. Adormilado camina hacia la ventana, nota los efectos de una noche de alcohol, corre las dobles cortinas y encuentra una calle desierta. Por unos segundos tiene la sensación de que los majestuosos edificios a ambos lados de la calle se mueven estrechando poco a poco la vía. Se  restriega los ojos con los nudillos intentando recobrar la realidad. Le viene a la mente el dibujo que su hija de seis años hizo de una calle despoblada de Barcelona. Ella le explicó que debía mirar dentro de las ventanitas amarillas de los edificios y entonces hallaría a la gente viendo el partido Barça-Madrid. Pero la que tiene frente a sus ojos no parece una ciudad con alma futbolera. Esa calle carece totalmente de alma. Mira al cielo y la luz le indica que acaba de amanecer. Quizá sólo se trate de una ciudad dormida. En unas horas los coches empezarán a circular. Esos inmuebles se llenarán de funcionarios temerosos de encontrarse con una carta de despido. De pronto, recobra la memoria; se encuentra en su último viaje de negocios. Esa fue la noticia que le dio su jefe anoche antes de irse a su habitación y acabar con la botella de Stroh 80 que le habían regalado. Cierra de nuevo las cortinas y se vuelve a la cama.

2 comentarios:

  1. Tus "palabras" llegan. Precioso blog. Felicidades, María.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Judit. Es muy halagador viniendo de alguien que es capaz de ponerle color, forma y palabras a los sentimientos. Asomarse a tus pinteraturas es todo un placer. Un abrazo.

    ResponderEliminar