domingo, 15 de abril de 2012

Magnolias


Foto: María Brito
No fue una simple casualidad que se cruzaran delante del objetivo de mi cámara. Tampoco que eligieran vestirse de amarillo limón y verde pasto. Y que las dos se encontraran en la calle Montera no era en absoluto fruto del azar. Sus vidas se habían ido cruzando intermitentemente desde que eran adolescentes, pero hasta hoy no fui consciente de sus ‘magnolias’. Suelo usar este término para definir esos encuentros que se van entrelazando en el espacio y el tiempo sin que, a priori, veamos la conexión entre ellos: lo tomé de la película de Paul Thomas Anderson que, por cierto, las dos vieron en el cine Bogart, no muy lejos de aquí, en la calle Cedaceros, unos meses antes de que lo cerraran y cuando aún soñaban con encontrar al amor de sus vidas. La elección de esa sala tampoco fue casual. Las dos eran fans de Humphrey y eran capaces de ver Casablanca una y otra vez y emocionarse en cada ocasión. Al igual que Ingrid, se metían en historias de amor con final anunciado. Y ya sé que todas las historias de amor tienen un final, pero los suyos los predecía hasta el romántico más totorota. Aunque ahora no lo recuerdan, las dos coincidieron por primera vez en el Instituto “Ciudad de los Poetas”, un centro situado en un barrio de Madrid que carecía de toda lírica hasta que en él coincidió la promoción del 82. Estaban en primero de BUP cuando fueron, junto a su profesor de historia, al mitin de Felipe González en la Complutense, y en COU organizaron la quedada para ir al entierro de Tierno Galván. Incluso a ellas les cuesta rememorar aquel cielo azul antes de que la gaviota blanca empezara a defecar sobre sus cabezas. Tampoco ninguna de las dos visualizó su cuerpo al servicio de los transeúntes de Madrid. Ni estos que pudieran contar con dos mujeres que supieran hacer su trabajo con tanta profesionalidad y galantería. Estoy tentada a recordarles esas magnolias para que me cuenten todas las que me perdí. Estoy segura de que sus vidas llenarían las páginas del mejor best-seller.

4 comentarios:

  1. María, que bonito el relato y de nuevo me sorprende y admiro tu sutileza.....a mí también me gustaría saber más de "esas magnolias".
    Feliz domingo también para ti. Ana

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    1. ¡Hola, Ana! Intentaré sentarme con ellas a que me cuenten esas 'magnolias'. En cuanto lo hagan, te las hago llegar. ¡Muchísimas gracias por seguir asomándote por aquí! Un fuerte abrazo.

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  2. ¡qué capacidad para tramar esta bonita historia con critica política incluída (lo de la gaviota blanca defecando, ¡genial!, me hizo soltar una carcajada en su momento). Con la que está cayendo, hoy en día hay que llevar "paracacasgaviotasblancas".

    Un besito y sigue dando rienda suelta a tu arte.

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    1. Alguna frase de este texto es tuya. ¡Ya te la recordaré! Gracias, siempre.

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