domingo, 26 de agosto de 2012

Un atardecer más

Foto: María Brito
Es un atardecer más, pero este no le coge por sorpresa. El sol es el protagonista y él, como los que le rodean, se ha asegurado de llegar a tiempo. Un compatriota suyo, expresidente de su país, puso este lugar en las guías turísticas al afirmar que la puesta de sol desde este rincón era la más bella que había visto hasta entonces. Los granadinos ya habían incluido un parangón similar en su refranero. Sabe que no existen comparaciones justas y, pese a ello, se adentra en su memoria para repasar los lugares que ha visitado antes de llegar aquí e intenta recordar otros crepúsculos que se ha parado a admirar. Ciertamente este lugar y la luz que lo acompaña son hermosos. Aun así, piensa que la belleza de un lugar no está solo en la generosidad de la naturaleza que lo rodea, o en la destreza del hombre para mejorarla, o en la luz que lo ilumina; sabe que en muchas ocasiones la hallamos en nuestro propio estado de ánimo. Planeó venir a Granada años atrás. No recuerda por qué no lo hizo, aunque sí tiene presente quién le iba a acompañar. Ella ya no está y por eso esta luz le hiere. Consciente de ello, intenta mirar este atardecer desde otros ojos. Busca a su alrededor - muchos andan distraídos por capturar este momento con sus cámaras - hasta que logra encontrar una mirada que se deja contagiar de la belleza del lugar, de la luz, de su compañía. Esa hubiese sido su mirada.

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