sábado, 18 de agosto de 2012

Inconsciente


Foto: María Brito
Estaban de luna de miel y ningún monumento a judíos asesinados iba a estropearles el posado. Cierto que hay pocos enamorados que piensen en las víctimas de Napoleón I cuando posan bajo el Arco del Triunfo parisino, o en las del almirante Nelson cuando se acercan a Trafalgar Square. Claro que el monumento de esta imagen aún carece de ese tiempo que todo lo cura con el que cuentan estas dos últimas obras. El cine occidental, además, ha contribuido a que los muertos de esta barbarie del siglo pasado nos resulten más cercanos que los que ayer mismo eran bombardeados en Siria y veíamos casi en directo desde el sofá de nuestras casas. Entender la razón de esta sinrazón no es tarea fácil. Así que tampoco nos termina de extrañar la actitud de esta pareja víctima del amor. A él fue precisamente las películas de la segunda guerra mundial lo que le llevó hasta Berlín; ella hubiera preferido algo más romántico, Mónaco o Venecia; sin duda, ciudades que también cuentan con asesinos a sus espaldas, pero cuyos fantasmas han tenido el tiempo suficiente para esfumarse. Ese hombre con chaqueta oscura que se acerca a mano izquierda es uno de ellos. El enamorado, ajeno a su presencia, le pide a su amada que sonría, pero ella, que lo ha visto, es incapaz de hacerlo; corrige su postura cruzando las piernas y hace un ademán de encoger los hombros. Ya es tarde. Hay otra cámara que los ha inmortalizado. De vuelta a su país su osadía y el destino harán que ella termine compartiendo celda con las chicas de Pussy Riot. Y él, bueno, él sueña con que existan cárceles mixtas y un día pueda compartir catre con las cuatro. ¡Inconsciente!

2 comentarios:

  1. I get goosebumps everytime I read your posts. I specially like this one. besos amiga mía :)

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