Viviendo Recuerdos
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Foto: María Brito |
Se miraban a los
ojos e inconscientemente grababan en sus retinas aquella mañana lluviosa de
mayo. El paseo en barca había sido organizado la noche anterior desde sus WhatsApps y ningún parte meteorológico les hizo
cambiar de planes. La lluvia recién caída había espantado al violinista que
cada domingo amenizaba a los remeros desde la orilla del lago. A ellos les
bastaba con los acordes del agua batiendo contra su barca. Su inocencia les
impedía predecir cualquier final. No eran capaces de intuir la monotonía, la
mentira, el hastío. Sus neuronas sí lo sabían y por ello se esmeraban en
retener el sonido del agua, el olor del champú de su pelo, el intercambio de
sueños, el sabor a pepinillos en vinagre que juntos habían aprendido a
saborear. Lo vivían y lo guardaban en ese espacio del cerebro donde iban
acumulando los buenos recuerdos. Tirarían de ellos cuando los días nublados se
tornaran de nuevo grises o cuando la lluvia volviera a resultarles molesta. La
discreción les impediría compartir estos recuerdos con los amantes que
llegarían más tarde. La mayoría de esas memorias se irían difuminando para ser
sustituidas por otras; algunas se salvarían del olvido gracias a otro día gris,
a otra lluvia, a otro pepinillo que les devolvería aquella mañana lluviosa de
mayo y les arrancaría una sonrisa. Aquella era la clave: vivir con intensidad
los recuerdos de mañana.
"vivir con intensidad los recuerdos de mañana". Me encanta...
ResponderEliminarGracias, amiga. Un recuerdo compartido: una habitación llena de humo, una baraja de tarot, el olor a tortilla de patata, y una Miller Lite en el porche de tu cocina. :)
EliminarQué entrañableeeeeeeeeeee!!!
EliminarComo la vida misma.Besos
ResponderEliminarGracias, primilla. Te regalo estos recuerdos. Una imagen: tu pelo recogido imitando a la princesa Leia de La Guerra de las Galaxias. Un sabor: los panes dulces que Maye nos compraba en la panadería de Artemi Semidán. Un tacto: el picor del encaje del camisón más bonito del mundo que me regalaste en mi sexto cumpleaños. Un sonido: la risa inconfundible de tu padre. :)
EliminarY mientras tú te formabas y crecías para expresarte de esta manera tan sutil, emotiva, entrañable, ... yo disputando partidos de chapas en el pasillo.´
ResponderEliminarAdemás de tus palabras, estoy descubriendo tu arte en la fotografía.
Trataré de ser más paciente cuando nos haces posar, je,je,je
Un beso.
Lo has dejado por escrito. ¡Te lo recordaré! Y te haré humedecer los labios antes de posar. Recuerdos...¡Ja, ja, ja! ¡Mil gracias por tus comentarios, Emi! No imaginas la ilusión que me hacen tus palabras.
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