No se enamore
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Foto: María Brito |
Pasé a su lado
cuando sonaban las primeras notas de Suzanne
en su guitarra. Me asombró el parecido de su voz con la del canadiense. Decidí sentarme en el banco de piedra que estaba a su derecha
-se sentía helado en este frío día de primavera-. Le escuchaba con los ojos cerrados cuando oí caer las
primeras monedas en la funda de su guitarra y, a continuación, esas tres palabras: “no se enamore”. Abrí los ojos y alcancé a
ver la sonrisa del hombre que acababa de depositar las monedas. Pensé que aquellas palabras habían sido producto de mi
subconsciente, que no pasaba por su mejor momento. Al gran Cohen le siguió otro grande, Elvis Costello, y otro
nombre de mujer: Alison. Esta vez le
escuché con los ojos abiertos y comprobé que, cada vez que un hombre se le
acercaba, interrumpía por unos segundos la canción para susurrar esas mismas
palabras: “no se enamore”. La rapidez con la que las pronunciaba las hacía incomprensibles
al oído de sus receptores, que parecían interpretarlas como un “gracias” y respondían asintiendo con la cabeza. Me
quedé para una tercera canción. Los primeros acordes sonaban a Nirvana. No
recordaba que estos tuvieran ninguna canción con nombre de mujer y así era; se
trataba de su versión de Where did you sleep last night? Esta vez fue un joven el que procedió a agradecerle aquella maravillosa
interpretación con un billete de cinco euros; pude entonces escuchar con toda
claridad un “no te enamores”. El muchacho, sorprendido, respondió con una corta
y sonora carcajada. Esperé a que acabara la canción y entonces me acerqué. Le
sonreía con mis ojos, con mi boca y, antes de que pudiera soltar mis monedas,
me cerró la mano con fuerza y dijo: “No dejes que se enamoren de ti”. Me alejé deprisa, un poco aturdida; casi estaba en la Puerta del Sol cuando me percaté de
que seguía con el puño cerrado; mi contribución a aquel improvisado concierto
se había pegado a la palma de mi mano. Sin meditarlo mucho me metí en el primer
locutorio que encontré y utilicé aquellas monedas para hacer la llamada que
llevaba días queriendo hacer, desafiando así el consejo del viejo
guitarrista.
Otro "palabras" como "dulce" de domingo.......delicioso! también llevo tiempo desafiando el consejo del viejo guitarrista; habrá cosa más bonita? Ana
ResponderEliminar¡Gracias, Ana! ¡A saber los hechos que causaron los resquemores del viejo guitarrista!
EliminarDesafiar ciertos consejos siempre es atractivo. ;) Un fuerte abrazo.
Estupendo Blog y preciosas palabras. Las fotos también. El retrato siempre es un libro por escribir y te hace salir las cosas más variadas. Un beso muy grande y un abrazo desde Madrid. Miguel (el de la parroquia).
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Miguel! Así es, hay imágenes 'paradas' que darían para escribir una novela. Me halaga muchísimo que te hayas acercado a mi blog y me dejes este comentario tan cargado de cariño. Otro beso y abrazo enorme.
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