viernes, 3 de febrero de 2012

Rey mar. Pinteratura mixta. Pintura- J. Paz. Texto- María Brito.


Pinteratura de J. Paz

Acababa de salir a cubierta a encenderse la cachimba y, de pronto, un golpe de mar lo deja en mitad del océano. Rafael Florimpo (como lo conocían en su Agaete natal por llevar siempre una flor en la solapa de su chaqueta) no tuvo tiempo de pedir auxilio y ninguno de sus marineros se percató de la caída. Enseguida supo que necesitaría un milagro para salir de aquella inmensidad. Era patrón de un barco de cabotaje que cubría la ruta Gran Canaria-La Palma transportando sacos de carbón. Hacía solo unos minutos había dejado en el puente de mando a su hijo mayor; sabía que tardaría en echarlo de menos. Era la víspera de Reyes y tenía previsto llegar a puerto antes del anochecer, a tiempo para colocar las almendras garapiñadas junto a los zapatos de sus hijos más pequeños. Mientras veía el barco alejarse se encomendó a su dios; le recordaba que tenía esposa y nueve hijos y que el décimo estaba en camino. Le rogó que fuera misericordioso y no permitiera que sus pichones vivieran asociando la noche de Reyes con el día en que desapareció su padre. Sabía nadar bien, pero el mar comenzaba a volverse bravo y a tomar el color de esas nubes negras que se posaban sobre él. Pasaron casi tres horas, pero, justo cuando las fuerzas  le flaqueaban y su ánimo se rendía, divisó su barco. Agradecido, hizo la promesa de ponerle a su próximo hijo el nombre del santo correspondiente al cinco de enero.
    Nació en primavera. Fue niña y, como había prometido, la bautizó con dos de los nombres que aparecían en su almanaque santoral para aquel día: Telesfora Amelia. Transcurridos los años, los funcionarios de la comisaría donde Amelia acudía a renovar el carnet de identidad, le informaban de que, si lo deseaba (se ve que ellos sí), podía prescindir de su primer nombre. Pero ella no iba a permitir que una sola tecla de esos nuevos ordenadores borrara la promesa de su padre. El carbón nunca llegó a los zapatos de ningún niño de la isla de Gran Canaria; a su casa sí llegó el Rey Mago, con la corona mojada y fría, y disfrutó de él por muchos años.

12 comentarios:

  1. Es fácil dibujar palabras cuando son de colores. Qué historia más bonita, María. Ha sido un placer que espero poder repetir. Un fuerte abrazo y feliz día!! Sigo creyendo en los Reyes Magos, esa es la verdad.

    ResponderEliminar
  2. Estas palabras salieron de tus azules y de ese "feeling blue" incomprensible para nosotras. Luego vino tu facilidad para expresar con colores una lluvia de ideas. Seguro que lo repetiremos. ¡Otro fuerte abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Entre las dos han conseguido que la mañana de hoy sea más bella y más habitable. Bellas palabras y hermosas formas y colores. Espero que se repita muchas veces. Un abrazo, Santiago.

    PD:El comentario anterior que aparece como eliminado era mío, pero equivoqué la identificación y le pedí a María que lo borrara para enviar este que ahora publico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias, Santiago! Me halaga mucho haber contribuido a hacer tu mañana algo más bella.

      PD: El comentario ya fue definitivamente eliminado. Siento haberlo dejado en el limbo por unas horas. Seguro que estuvo muy a gusto.

      Eliminar
  4. Yo me quedo sin palabras al leerte hoy...y con un pequeño nudo en la garganta, consecuencia de las hormonas. María emociona cuando escribe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Oh, Raquel, tu comentario sí que me emociona! ¡Cómo me gusta que te guste! Gracias, amiguita.

      Eliminar
  5. No sé como también llegué a caer en tan inmenso relato. Aún recuerdo el deleite que me produjo el remolino de sus sus frases, que aunque parecían corrientes, me nutrieron de una salinidad emocional exquisita. Hoy, ya en apaciguado puerto, no puedo puedo dejar de ver el artedecer de este lienzo tan mágico y propio de reyes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por su comentario, Antonio José! Me alegro de que las olas le trajeran hasta nuestra pinteratura. Un abrazo

      Eliminar
  6. ¡Palabras me está creando adicción! Qué tierno relato y teniendo dos hijos mayores que "creen" en Los Reyes, me ha resultado delicioso. Olé por Telesfora, eso es una hija......

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias! Me halaga mucho saber de esa adicción. Un saludo.

      Eliminar
  7. Vale la pena vivir para leerte. Tengo mono de más "Palabras". Andrés.

    ResponderEliminar
  8. ¡Muchísimas gracias, Andrés! Me encanta acabar este lunes con una sonrisa en la cara. Tus palabras lo han conseguido. Un abrazo.

    ResponderEliminar